Panamá Catamarán Charter
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El pueblo kuna, comprende aproximadamente 200 millas del litoral del Caribe de Panamá, hay unas 360 islas, islas desiertas de arena blanca, agua transparente y palmeras tropicales repletas de cocos, dicen los isleños que una isla por cada día del año, solamente unas 80 están habitadas.
Siendo una de las culturas más paradigmáticas de América, han sabido mantener la identidad al margen de la creación de estados modernos, incluido Panamá, intereses y la globalización, conservando su increíble pureza.
Sus mujeres, con sus vistosas vestimentas y molas, son símbolo turístico de la imagen de Panamá en el exterior.
La mayoría viven dispersos en pequeñas comunidades situadas en paradisiacas islitas coralinas del litoral caribeño.
Desplazarse a este territorio supone viajar a un país amerindio, conocer la cultura kuna, comprar sus artesanías o disfrutar de excursiones a las paradisiacas playas de arena blanca, de este territorio collarino con aguas cristalinas, disfrutando de su clima tropical.
La economía de la comunidad es de subsistencia y el ecoturismo tiene una presencia cada vez mayor. La recolección del coco y la pesca artesanal (langostas) son los pilares de la economía Kuna.
Por ser una zona de poca profundidad, es un lugar ideal para practicar snorkel y disfrutar de los ricos y pocos contaminados fondos marinos.
Será la expresión que más se escuche en la visita a los kunas.
A los kunas no les gusta fotografiarse, hay que pedirles permiso, y a cambio pedirán 1 Dólar.
“Por el año 2007, la primera vez en San Blas, me impresionaron muchísimo sus islas llenas de cocoteros, sus playas con arenas blancas y aguas transparentes, los preciosos fondos de coral, los arrecifes con sus rompientes protegiendo el interior de todo el archipiélago con sus islas, las noches estrelladas, los indios kuna ofreciendo pescados y langostas abordo de sus pequeños cayucos de madera. En aquel tiempo se cambiaba sus langostas por arroz, pastas, galletas, azúcar y caramelos para los niños. Hoy en día siguen sus costumbres y tradiciones, pero ahora conseguir los productos es más fácil para ellos. Y después de navegar por diferentes lugares y conocer muchos sitios, San Blas sigue impresionando con sus 360 islas, las zonas de navegación entre dichas islas, los preciosos fondeos resguardados del viento, los baños en sus aguas, los paseos por sus playas. Encanta tanto que uno no quiere irse nunca.”
